lunes, 20 de diciembre de 2010

Pequeño desastre animal

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,

y uno aprende
que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad

y uno empieza a aprender...

Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien
le traiga flores.

Y uno aprende que
realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...


Y con cada día, uno aprende.



Jorge Luis Borges

jueves, 25 de noviembre de 2010


[ También la moral es un asunto de tiempo,
decía, con una sonrisa maligna,

ya lo verás. ]




G. G. Márquez. Memoria de mis putas tristes.

jueves, 28 de octubre de 2010

Signo de admiración.

Hay un charco de lágrimas donde leo los tebeos de mi fascinación y una etapa de recreos donde aprendí a cantar. ¡Gol! Quedan a mis espaldas, creo, tus jadeos en mi cuello. Ser pequeño puede estar tan lejos. Ser pequeño es digno de admiración.Signo de admiración, te quiero, signo de admiración y cierro. Los ojos, la boca, los miedos, los huesos. Signo de admiración y abro: vamonos… Vamonos a pintar la ciudad de rojo, regalar sonrojos, quitar el cerrojo. Vamonos… Vamonos al ascensor parado, al vagón de metro, al mejor momento, vamonos. Signo de admiración y cierro otra puerta y adiós decepción. Signo de admiración y abro otra opción y entra la sangre y cierro otra puerta que abres con la radiografía de mi corazón. Joder, ¡y eso que aun no te conozco!

Quiérame, manifiéstate de súbito, choquémonos como por arte mágico en el Bukowski un miércoles. Pidámonos disculpas, intentemos tirar el muro gélido diciéndonos las cuatro cosas típicas. Invitémonos a bebidas alcohólicas. Escúchame decir cosas estúpidas y ríete. Sorpréndete valorándome como a oferta sólida. Y a partir de ahí, quiéreme. Acompáñame a mi triste habitáculo. Relajémonos y pongamos música. De pronto, abalancémonos como bestias indómitas. Mordámonos, toquémonos, gritémonos. Permitámonos que todo sea valido. Y sin parar follémonos. Follémonos hasta quedar afónicos, follémonos hasta quedar escuálidos. Y al otro día, quiéreme. Unamos nuestro caminar errático descubramos restaurantes asiáticos, compartamos películas, celebremos nuestras onomásticas regalándonos fruslerías simbólicas. Comprémonos un piso. Hipotequémonos. Llénenoslo con electrodomésticos y regalémosle nueve horas periódicas a trabajos insípidos que permitan llenar el frigorífico. Y mientras todo ocurra, solo quiéreme.

Continúa queriéndome mientras pasan hespiditas las décadas dejando que nos arrojen al hospital geriátrico. Inválidos, mirándonos sin más fuerza ni dialogo que el eco de nuestras vacías cáscaras. Quiéreme para que pueda decirte cuando vea la sombra de mi lápida “Ojalá, ojalá como dijo aquel filosofo, el tiempo sea cíclico y volvamos reencarnándonos en dos vidas idénticas y cuando en el umbral redescubierto de una noche de miércoles pretérita tras chocarme contigo, girándote, me digas: uy, perdóname, ruego que permita al Dios autentico que recuerde el futuro de este cántico, y anticipándolo, pueda mirarte directo a los ojos y conociéndolo muy bien, sabiendo el devenir de futuras esdrújulas, destrozando de un pisotón mi brújula te diga: Solo quiéreme”.

Vamonos, vamonos a pintar la ciudad de rojo, regalar sonrojos, quitar el cerrojo a esta puta prisión. Vamonos, vamonos al ascensor parado, al vagon de metro, al mejor momento que encuentre el amor, vamonos. Signo de admiración y cierro otra puerta y adiós decepción. Signo de admiración y abro otra opción y entra la sangre y cierro otra puerta que abres con la radiografía de mi corazón. Joder, ¡y eso que me muero de ganas de poder conocerte!



CAPMAN.






[ ...y todo es por ti. ]

lunes, 25 de octubre de 2010

Manifiesto.



Para hacer un poema dadaísta

Coja un periódico.

Coja las tijeras.

Escoja en el periódico un artículo que tenga el largo que pretende darle a su poema.
Recorte el artículo.

Recorte a continuación cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa.

Agítela suavemente.

Extraiga seguidamente cada recorte uno tras otro.

Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa.

El poema se parecerá a usted.

Y usted acaba de convertirse en un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo.



Tristan Tzara, 1920


miércoles, 6 de octubre de 2010

[ No hay tragedia que dure eternamente,

ni fiesta que no acabe ]

lunes, 3 de mayo de 2010

582

¡Los celos! "Otelo no es celoso, es confiado", observó Pushkin, [...]. A Otelo sencillamente se le parte el alma y se le confunde la inteligencia porque su ideal ha muerto. Mas Otelo no se esconderá para vigilar, no espiará ni se pondrá al acecho. Al contrario, hizo falta sugerírselo, empujar, exasperarle con copiosos esfuerzos para lograr que sospechase la traición. El celoso verdadero no es así. No es posible siquiera imaginarse la abyección y la caída moral con que puede transigir un celoso sin experimentar ningún remordimiento de conciencia. No se trata de que los celosos sean todos almas viles y sórdidas. Al contrario, con un corazón noble y con un amor puro y abnegado, cabe al mismo tiempo esconderse debajo de una mesa, sobornar a las personas más infames y no experimentar reparo alguno para sumirse en la peor inmundicia del espionaje y de la escucha. Otelo por nada del mundo habría podido resignarse con la traición -no es que no hubiera podido perdonar, sino resignarse- a pesar de tener el alma dulce e inocente como la de una criatura. No ocurre lo mismo con un auténtico celoso: ¡es difícil imaginarse lo que puede admitir, con qué puede resignarse y lo dispuestos a perdonar, y eso lo saben todas las mujeres. El celoso, con una rapidez extraordinaria (claro está, después de una terrible escena al principio), puede y es capaz de perdonar, por ejemplo, una traición ya casi demostrada, abrazos y besos vistos por él mismo, si, por ejemplo, puede decirse al mismo tiempo, como sea, que se trata "de la última vez" y que su rival desde ese momento desaparece, se va al otro extremo del mundo, o que él mismo va a irse con la mujer a alguna parte donde no se presentará jamás el terrible contrincante. Desde luego, la reconciliación no durará más de una hora, porque aun cuando en realidad desaparezca el rival, al día siguiente el celoso inventará otro y arderá en celos por el nuevo contrincante. Y parece natural preguntarse: ¿qué puede haber en un amor ante el que siepmre es preciso estar alerta y qué puede valer un amor que necesita una vigilancia tan rigurosa? Mas eso es, precisamente, lo que nunca comprenderá un auténtico celoso, lo cual no es obstáculo para que entre los celosos se encuentren a veces personas en verdad de noble corazón. Es digno de notar, además, que esas personas de corazón noble, mientras se hallan en algún cuartucho escuchando y espiando, aunque comprenden claramente "con sus nobles corazones" toda la ignominia de que se cubren por propia voluntad, jamás sienten remordimientos de conciencia en aquel momento, por lo menos mientras están en su escondite.










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Un jarro de agua fría:

"Los Hermanos Karamázov"
Fiódor M. Dostoievski

jueves, 22 de abril de 2010

Idiota...




CUENTO ESTRELLAS ANTES DE DORMIR
PARA NO VOLVERME LOCA
CON LA VISTA FIJA EN ESTE TECHO
QUE SE AGRIETA SOBRE MÍ

CUANTA DECEPCIÓN DÍ TODO POR NADA

IDIOTA, POR DONARTE CADA ESQUINA DE MI CUERPO
POR LLEVARTE A CONOCER SUS RECOVECOS
TE HICE UN MAPA SEÑALANDO DONDE HERIR

MI SILENCIO A TU MENTIRA
ME ASEMEJA MÁS A TI

TRATO DE SACAR LA TINTA DE
TUS INICIALES EN MI PIEL
QUIERO ESCRIBIRTE EN UNA NOTA
QUE JAMÁS REGRESARÉ

NO PUEDO PENSAR EN NADA
NO PUEDO PENSAR EN NADA MÁS
SIENTO UNA PRESIÓN EN MI CABEZA
ESTOY A PUNTO DE EXPLOTAR

CUANTA DECEPCIÓN DÍ TODO POR NADA

IDIOTA, POR DONARTE CADA ESQUINA DE MI CUERPO
POR LLEVARTE A CONOCER SUS RECOVECOS
TE HICE UN MAPA SEÑALANDO DONDE HERIR

IDIOTA, TAN IDIOTA QUE AÚN AHORA NO LO ENTIENDO
COMO SIGO AQUÍ ENGANCHADA A TUS BESOS
PREFIRIENDO NO DECIRTE QUE OS VÍ

MI SILENCIO A TU MENTIRA
ME ASEMEJA MÁS A TI
A ESTE LADO DE LA VIDA NO HAY NADA
AQUÍ YA NO HAY NADA
NI EXCUSAS QUE VALGAN
PORQUE ESTO ES EL FIN

IDIOTA, POR DONARTE CADA ESQUINA DE MI CUERPO
POR LLEVARTE A CONOCER SUS RECOVECOS
TE HICE UN MAPA SEÑALANDO DONDE HERIR

IDIOTA, TAN IDIOTA QUE AÚN AHORA NO LO ENTIENDO
COMO SIGO AQUÍ ENGANCHADA A TUS BESOS
PREFIRIENDO NO DECIRTE QUE OS VÍ

MI SILENCIO A TU MENTIRA
ME ASEMEJA MÁS A TI





mejor mañana; mejor, sin más...

sábado, 17 de abril de 2010

Universal

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.



John Donne.

lunes, 12 de abril de 2010

Políticamente Incorrecto

Decálogo.

1.
La vida no es justa. Acostúmbrate a ello.

2. Al mundo no le importa tu autoestima. El mundo espera que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

3. No ganarás 5.000 euros mensuales justo después de salir de la universidad, y no serás vicepresidente de nada hasta que, con tu esfuerzo, te hayas ganado ambos logros.

4. Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Este sí que no tendrá vocación docente ni la paciencia requerida.

5. Dedicarse a servir cervezas o llevar pizzas no te quita dignidad. Tus abuelos lo llamaban de otra forma: Oportunidad.

6. Si metes la pata no es culpa de tus padres ni de tus profesores, así que no lloriquees por tus errores y aprende de ellos.

7. Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como ahora. Empezaron a serlo al pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escuchar tus quejas . Así que, antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación.

8. En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real NO. En la escuela te dan oportunidades para ir aprobando tus exámenes, para que tus tareas te resulten más fáciles y llevaderas. Esto no te ocurrirá en la vida real.

9. La vida real no se divide en semestres, no tendrá largas vacaciones de verano, de pascua, de navidad, del patrón del colegio, puentes,etc. y pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo eso tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.

10. La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar.


Por Bill Gates.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Qué quieres ser de mejor

Búscate un segundo. En cuanto nadie mire, coges y te persigues un rato. No te prometo ningún resultado, es más, igual acaba siendo tan inútil como leerme a mí, igual sólo por eso ya ni vale la pena. Pero te doy una pista, si quieres encontrarte fácil, búscate en sincero y mírate en algún lugar entre una pequeña promesa y alguna gran frustración.

Ahí andamos todos, entre miles de expectativas y cientos de no pudo ser. Dicho de otro modo, somos algo muy parecido a un manojo de promesas que han ido caducando en forma de fracaso o, con suerte, transformándose en bonitos recuerdos. Pero si lo piensas, la mayoría de tus proyectos van asfaltando de ilusión las ruinas de un pasado que crece bien absurdo destruido por la deflagración de los intentos. Y lo que eres hoy va cubriendo lo que quisiste ser algún día, como ocurre con esos cuadros ocultos bajo otros cuadros, que es lo que la gente jamás ve, y a veces ni siquiera puede intuir.

Si algún día soñaste con ser actriz de culebrones, defensa del Rayo y guitarrista de jazz, lo más probable es que hoy seas estilista en Vallecas, contable de una consultora, y cocinero de un motel de carretera.

No me vengas con que tus sueños han evolucionado, que has crecido, que en eso consiste madurar, en adaptarse a la vida y en que la vida se adapte a ti, que ser feliz es aprender a conformarse, y todas esas bobadas de la antiayuda. Te cambio el secador por una cámara, la calculadora por el balón, y la sartén industrial por una Gibson Les Paul, y mirándome a los ojos, dime con qué te quedas.

Hablando en plata. Abandonar un sueño es como morirse por fascículos. Con la diferencia de que esta colección no la acabas tú, sino que probablemente sea ella la que acabe contigo. El día que la empiezas no te das ni cuenta de lo que estás haciendo, porque con el número uno, también en este caso, vienen todo tipo de tapas, excusas y justificaciones de regalo. Que si ya es tarde para intentarlo, que si al fin y al cabo lo puedo seguir haciendo como hobby, que si en realidad me gusta vivir bien, que si no lo hago es por mi familia, que si necesito una garantía de seguridad, que si ya no tengo edad, ni dinero, ni contactos… lo que sea.

Por eso, a todos los que hoy se planteen convertir sus expectadivas en frustracienes. A todos los que pretendan inmolar su vocación con la dinamita del miedo. A todos los que alguna vez se hayan planteado castrarse un te imaginas. A todos esos, con el corazón en una mano y los genitales en la otra, tan sólo os haré una pregunta, ¿tú de pequeño habrías querido ser tú? Y por favor, antes de contestar, intentad que la palabra tarde no rime con la palabra cobarde.

Una vez tuve un profesor que nos puso un único examen final. En una hoja, nos dijo, escribid lo que haríais a partir de mañana si hoy os tocasen mil millones. Y ahora voltead la hoja, y detrás me escribís por qué no lo empezáis a hacer ya, aunque no os hayan tocado.

Sólo hubo una forma correcta de contestar esa pregunta.

Dejándola en blanco.



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Risto Mejide, Periodico ADN, 28 de Septiembre de 2007